RECUERDO DE JOSÉ ECHEGARAY


Exposición: 29 de octubre a 18 de diciembre de 2016.

Museo Lázaro Galdiano. Sala 1. Serrano 122. Madrid.

Martes a sábado de 10 a 16.30 h. Domingo hasta las 15 h. Lunes cerrado.

Por Juan Antonio Yeves Andrés

Ha transcurrido un siglo desde que falleció José Echegaray, en 1916, y en este año 2016, en el que se hace memoria de un nombre tan «glorioso», se le debe recordar por muchos motivos, no solo por haber obtenido el premio Nobel de literatura en 1904, por haber ingresado en la Real Academia Española o en la de Ciencias o por haber sido varias veces ministro, sino también por muchas otras distinciones y cargos que tuvo a lo largo de su vida.

El Museo Lázaro Galdiano se suma al homenaje en el centenario de José Echegaray por la especial vinculación que tuvo con José Lázaro, editor de sus «Recuerdos» durante diecisiete años y bibliófilo que reunió algunos manuscritos.

En la primera carta que Lázaro le remitió, en mayo de 1889, le pedía un artículo que le había ofrecido y se despedía como «su más entusiasta admirador». Sin embargo, no logró colaboración alguna hasta 1894, cuando Echegaray le entregó un artículo sobre los explosivos. El empeño de Lázaro dio frutos notables pues, a finales de aquel año, comenzó la serie que Echegaray tituló «Recuerdos», y cuya primera entrega concluía con esta frase: «Que Dios se lo perdone al buen Lázaro, que, no contento con haber resucitado él, se empeña en que resucitemos todos aquella parte de nuestra vida que más lejos ha quedado y más muerta debe estar».

Se muestran seis obras en esta pequeña exposición. La primera es el número de La España Moderna de diciembre de 1894 —año VI, tomo 72, pp. 103-115— pues en él aparece el primer artículo de la serie «Recuerdos», y, en segundo lugar, el autógrafo de Echegaray, el único que se conserva de las miles de páginas que entregó para la revista, es el que aparece en ese texto, con ligeras variantes introducidas por el editor o por el propio autor al corregir pruebas.

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José Echegaray: Recuerdos. Manuscrito autógrafo. [Madrid], 1894. Registro 31870

Aquella serie que se inició cuando la editorial tenía su sede en la madrileña Cuesta de Santo Domingo, concluyó en el mes de julio de 1911, dos años después de haberse inaugurado la señorial residencia de Lázaro en la Calle de Serrano, el 27 de mayo de 1909. Entre los «gloriosos nombres» –en estos términos se menciona en las crónicas de sociedad de la época– que estuvieron presentes aquel día en «Parque Florido» se encontraban algunos de los más notables colaboradores de La España Moderna: Marcelino Menéndez Pelayo, el conde de las Navas, Juan Pérez de Guzmán y también José Echegaray.

En la Biblioteca Lázaro Galdiano también se conservan sus Lecciones, autógrafas, que deben ser las que él fue reelaborando a partir de apuntes tomados en las clases de su etapa juvenil. Se exponen en tercer lugar.

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José Echegaray: Lecciones de Retórica y Poética. Manuscrito autógrafo. [Murcia], hacia 1845. Inventario 15423.

A continuación, en cuarto y quinto lugar, figuran dos obras teatrales, una suya, La rencorosa, que se estrenó el 13 de marzo de 1894 en el Teatro de la Comedia en Madrid, interpretada por María Guerrero y Mario Thuillier, y otra de Antonio López Muñoz, Escupir al cielo, en copia de otra mano. Esta última incluye una dedicatoria a Echegaray con firma autógrafa del autor. La obra se estrenó en el Teatro Principal de Granada a beneficio de la primera actriz Felipa Díaz, en la noche del 30 de noviembre de 1878. En la portada se halla una anotación de José Lázaro: «Encontrado entre los papeles que, al morir, tenía D. José Echegaray».

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José Echegaray: La rencorosa. Comedia en tres actos y en prosa original de Don José Echegaray. Copia de otra mano [Madrid, 1894]. Inventario 15607.

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Antonio López Muñoz: Escupir al cielo. Drama en tres actos y en verso original de A. López Muñoz. [Granada, 1878]. Inventario 14969

El último recuerdo que conservó José Lázaro de su ilustre amigo, además de los papeles que tenía a su muerte, es la Medalla del Premio de la Academia de Ciencias José Echegaray, de 1916, se muestra en sexto lugar. Es obra del escultor Lorenzo Coullaut Valera, sobrino de Juan Valera, otro de los escritores por los que mostró especial predilección como lo confirma el índice de La España Moderna.

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Lorenzo Coullaut Valera: Medalla del Premio de la Academia de Ciencias José Echegaray, 1916. [Madrid, 1916]. Inventario 6928. Busto con la leyenda: «CL. VIRO. IOSEPHO. ECHEGARAY. CONSILIVM. NVMARIAE. D.» y «A. D. MDCCCCXVI».

Sin duda, José Lázaro conservaba estas obras más por su admiración personal hacia Echegaray que por otros motivos como pudieran ser su interés bibliográfico o su belleza.

En la Biblioteca Lázaro Galdiano se conservan, además de las obras que ahora se muestran, otras suyas o de otros autores que, en todo caso, proceden de su biblioteca o archivo. Reseñaremos en primer lugar una en la que consta que él es el autor  ¡No vendrá!: drama en un acto (Inventario 14915). A continuación dos en las que consta la autoría, una de Julio González Hernández, Soledad: drama en tres actos en verso, inspirado en la novela de Don Pedro Antonio de Alarcón el Niño de la Bola (Inventario 15613) y otra de Patricio de la Escosura, Las noches lúgubres: drama histórico del Siglo XVIII, en cuatro actos (Inventario 15230). Y una tercera en la que no consta el nombre del autor, pero Lázaro señala en ella «Encontrado entre los papeles que, al morir, tenía Don José Echegaray», se titula Un matrimonio sin amor: drama en tres actos y en verso (Inventario 15588).

Se encuentran también otros cuatro manuscritos con lecciones, como las de Retórica y Poética que se exponen en esta ocasión, y que podrían ser autógrafas:  Lecciones de Derecho Político (Inventario 15424), Lecciones e ideas fundamentales de Derecho romano (Inventario 15426), Lecciones de Derecho Natural (Inventario 15410) y Lecciones de Historia Universal (Inventario 15425).

Sigue en la relación la Memoria, presupuesto y pliego de condiciones de la distribución interior [de aguas], en la parte limitada por las calles de Fuencarral, Desengaño, Luna y Ancha de San Bernardo (Inventario 15270), una copia en la que José Lázaro escribió a lápiz en la portada: “Pertenece a los papeles que, al morir, tenía en su poder Don José Echegaray”. El Canal de Isabel II se inauguró el 24 de junio de 1858 y, después, se comenzó la distribución de agua por el casco urbano de Madrid, y en la zona que figura en esta Memoria se terminaría en la primera mitad del año siguiente.

Finalmente encontramos el Homenaje de la Ciudad de Villena a D. Jose Echegaray (Inventario 14737-25), el manuscrito original firmado por 567 personas que pertenecían al Ayunta­miento, a los Juzgados de Pri­mera Instancia y Municipal, a los Centros docentes, a los Círculos Villenense y de Cazadores, a las Sociedades obre­ras, a la Juventud Musical y a la Sociedad de Socorros Mutuos de Villena. Los dos últimos folios del volumen, sin en­cuadernar, contienen la carta del subsecretario del Ministerio de Estado, Joaquín Valero, a José Echegaray; ésta es la que acompañaba al Diploma de la Gran Cruz de la Estrella Polar que le otorgó el Rey de Suecia y Noruega, y al acuse de recibo del mismo para que lo devolviera relleno y fir­mado.

La reedición de sus «Recuerdos», que aparecieron por entregas en la revista fundada y dirigida por José Lázaro, ahora en un volumen en coedición con Analecta editorial, con estudio preliminar de José Manuel Sánchez Ron, junto a esta exposición, conforman el merecido homenaje que el Museo Lázaro Galdiano ofrece a Echegaray en el centenario de su muerte.

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Cubierta de la nueva publicación, en coedición con Analecta, de octubre de 2016.

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