La Noche de los Libros 2015


Por Juan Antonio Yeves Andrés

La Biblioteca de la Fundación Lázaro Galdiano participa por cuarto año consecutivo en la programación de La Noche de los Libros con la actividad El Quijote: cuarto centenario. En esta ocasión se contemplará la primera edición de la segunda parte del Quijote, de 1615, junto a otras ediciones de la obra, impresas en los siglos XVII, XVIII y XIX.

Miguel de Cervantes: Segunda parte del ingenioso cavallero don Quixote de la Mancha. Madrid: Juan de la Cuesta, 1615. [RB. 4].

Se presentará esta edición que se conserva en la Biblioteca de la Fundación y además, se enseñarán otras —en algún caso en ejemplares ilustrados—, también de la primera parte. Asimismo se leerán párrafos de la obra que siempre ha sido atractiva para lectores y bibliófilos.

Miguel de Cervantes: Vida y hechos del Ingenioso cavallero don Quixote de la Mancha. Bruselas: Juan Mommarte, 1662 [IB. 10925-10926].

Miguel de Cervantes: Vida y hechos del Ingenioso cavallero don Quixote de la Mancha.
Bruselas: Juan Mommarte, 1662. [IB. 10925-10926].

José Lázaro, que mostró interés por las más variadas especialidades de la bibliofilia, reunió notables ediciones del Quijote y de otras obras de Cervantes como las Novelas ejemplares, los Trabajos de Persiles y Segismunda o La Galatea. En la colección también se conserva el Quijote de Avellaneda que en la portada imita la edición valenciana de Pedro Patricio Mey y que en ocasiones se encuadernó formando conjunto con ella. El «ingenioso hidalgo» de la primera parte pasó a ser el «ingenioso caballero» en la segunda, tal vez intencionadamente para señalar más la diferencia con el «segundo tomo» de Avellaneda, que mantuvo el calificativo de «hidalgo», aunque se han planteado otras hipótesis en cuanto al título de la Segunda parte.

Miguel de Cervantes: El ingenioso hidalgo don Quixote de la Mancha. Valencia: Pedro Patricio Mey, 1605. [IB. 2604] Alonso Fernández de Avellaneda: Segundo tomo del  ingenioso hidalgo don Quixote de la Mancha. Tarragona: Felipe Roberto, 1614. [IB. 3050]

Miguel de Cervantes: El ingenioso hidalgo don Quixote de la Mancha. Valencia: Pedro Patricio Mey, 1605. [IB. 2604]
Alonso Fernández de Avellaneda: Segundo tomo del ingenioso hidalgo don Quixote de la Mancha. Tarragona: Felipe Roberto, 1614. [IB. 3050]

Esta actividad es un prólogo o preámbulo para la próxima exposición que tendrá lugar en el Museo Lázaro Galdiano, desde julio a septiembre de 2015: Leer y leer: lecturas de Cervantes y lectores del Quijote. Una muestra que quiere recordar, en un tiempo en el que las lecturas son rápidas y con frecuencia fragmentadas, los libros que estuvieron en manos de Cervantes —no sólo los de caballerías que enloquecieron a Alonso Quijano— y cómo se difundió e influyó el Quijote en autores y obras a lo largo de cuatro siglos.

La situación, en cuanto a los lectores del Quijote, en la actualidad no es muy diferente a la que describía el Doctor Thebussem en la segunda mitad del siglo XIX:

El vulgo sabe que hay un libro con la Historia de Don Quijote de la Mancha, inclinándose a tenerlo por personaje real, más bien que fantástico. A Miguel de Cervantes casi lo desconoce. De la turbamulta ilustrada de príncipes y ministros, diputados y senadores, médicos y comerciantes, abogados y militares, funcionarios públicos de alta y baja categoría, burgueses, labradores y propietarios, el mayor número leyó en su mocedad algunos capítulos del Quijote, y forma coro de ora pro nobis en las alabanzas tributadas al libro y a su autor, dejándose llevar por la blanda y suave corriente de la opinión pública, del mismo modo que encomian el mérito de Lope, Solís y Quevedo, o de Homero, Dante y Virgilio, sin haberlos visto jamás ni por el forro.
Del enjambre de bachilleres, licenciados y doctores examinados y aprobados de latín que tenemos en España, hay de muchos capaces de traducir a la lengua castellana la significación de plus ultra, orate fratres y Mater Purissima, y pocos que acierten a interpretar cuatro renglones de Tácito, Juvenal o Petronio. Y por esta misma ley, aplicada al Quijote, si son infinitos los enterados de los molinos de viento, del yelmo de Mambrino, de las bodas de Camacho, de Dulcinea, de Rocinante y del Rucio, escasean los que puedan dar razón de los sucesos relativos a Altisidora, la Trifaldi y doña Rodríguez, o de quiénes eran Alonso López de Alcobendas, Vicente de la Roca, Tenorio Hernández, Pedro Martínez, Álvaro Tarfe, Alonso Marañón y otros sujetos mencionados en el Ingenioso Hidalgo. De la Galatea, Persiles, Comedias y Entremeses, no hay que hablar, por ser manjares exclusivos para literatos de alto vuelo.

En resolución: presumo que, separados los literatos y el millar de individuos que verdadera y concienzudamente han leído y releído con gusto el Quijote, el resto de España, hasta llegar a sus diez y ocho millones de habitantes, conoce al hidalgo de oídas,… por referencia,… y de segunda mano.

Doctor Thebussem: «Admiraciones y estadísticas».
En Quinta (y última) ración de artículos.

En esta ocasión, con los ejemplares del Quijote a la vista y con la lectura de algunos pasajes, conoceremos al hidalgo de primera mano. La presencia de obras que pertenecieron a ilustres bibliófilos y, sobre todo, su lectura, en la primera edición o en otra en miniatura, como la de Didot, puede tener el mismo efecto que en el «ingenioso caballero» propiciaba la lectura de los libros de caballerías: le servían para desterrar la melancolía, cuando la tuviere, y para mejorar su condición, si acaso la tuviese mala.

El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha Paris : [s.n.], 1827 (Imprenta de Julio Didot Mayor). [IB. 4258]

El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha.Paris : [s.n.], 1827 (Imprenta de Julio Didot Mayor). [IB. 4258]

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