José Lázaro: Un forjador de cultura


Como colofón al 150 aniversario del nacimiento de José Lázaro Galdiano deseamos que quede un breve recuerdo de su faceta de editor, pues es más conocido como coleccionista de arte o bibliófilo por el Museo y la Biblioteca que llevan su nombre y perpetúan su memoria de forma imborrable, mientras que La España Moderna fue el nombre de una editorial y el título de una revista, de gran predicamento en la época, finales del siglo XIX y comienzos del XX, pero que hoy están casi olvidadas.

 José Lázaro por Joaquín Vaamonde

José Lázaro por Joaquín Vaamonde

Una nota singular en Lázaro, infrecuente en los editores aquel tiempo, es su interés cultural. Habría que emplazarle entre los grandes editores-educadores, pues sitúa esta preocupación por encima de la justa pretensión de lograr beneficios económicos como vemos en las dos cartas que se transcriben a continuación, conservadas en el Copiador de La España Moderna y dirigidas a Mariano Pardo de Figueroa, más conocido por su seudónimo de «El Doctor Thebussem», y al hispanista y cervantista James Fitzmaurice-Kelly.

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CARTA DE LÁZARO AL DOCTOR THEBUSSEM  [19 de julio de 1889]

Señor Doctor Thebussem

Mi querido Doctor: ¡Si viera V. que grato me ha sido recibir su amable carta!

Hace días que estoy malucho, cosa rara en mi que tengo salud de hierro, y la precisión de guardar cama, abandonando mis quehaceres, me ha contrariado sobremanera, llenándome de melancolía, que es lo que peor me sabe.

Vivo solo en este Madrid al que llegué hace seis meses y tan entregado a la publicación de mi periódico que no obstante lo mucho que me gusta la sociedad, la buena, la escogida, se comprende, aún no trato a nadie: como decía Donoso Cortés, me encuentro solo entre cien mil personas. En esta situación me ha cogido su carta, no tengo que decirle, pues, cuanto la agradezco.

Voy a contestarla punto por punto.

Creo que sí, que La España Moderna va mejorando, no obstante lo difícil que es hallar el original a medida del deseo. En España hay muchos eruditos, y no a la violeta, sino de los sólidos, pero cuando escriben se ponen insoportables; raro es el que sabe dar al escrito gracia ó, por lo menos, amenidad: por esto hay números de mi periódico que se caen de las manos, y por esto también me es tan difícil juntar el original para cada tomo, a pesar de que pago todos los artículos, y de que los pago bien. Pero es que yo no publico Memorias, ni discursos, ni fragmentos de libros inéditos, ni nada de esas cosas que generalmente publican las Revistas españolas: todo el original de la mía está escrito para ella. Y así, querido Doctor, pienso seguir mientras las pérdidas no sean tan grandes que quebranten notablemente mi patrimonio: no anhelo ganar, pero sí cubrir los gastos.

Claro es que los reparos que puse a la hermosa edición de sus «notas genealógicas» no son tales reparos, sino pretestos [sic] que necesité para fundar una sentencia que quería imponerle. Ahora que V. me ofrece sus folletos futuros, antes de darle las gracias, me permito suplicarle el envío de algunos que V. tenga rezagados y que no sean Piratería Callejera, Cartas a Paca Pérez, Ristra de Ajos, Fábulas Fabulosas, y La Mesa Moderna, que hace tiempo poseo.

La Sra. Doña Emilia Pardo Bazán estuvo aquí pocos días hace y recibió la copia de Notas Genealógicas que V. mandó para ella.

Y, ¿cuándo honrará V. con sus escritos La España Moderna?

Que sea pronto, querido Doctor para regocijo de todos los lectores y principalmente de su afmo. y entusiasta admirador y amigo q. b. s. m.

19 [Julio 1889].

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CARTA DE LÁZARO A JAMES FITZMAURICE-KELLY  [9 de noviembre de 1898]

Señor Don Jaime Fitzmaurice-Kelly
9 Alsterereg [sic] – St. Georg.
Hamburg (Alemania)

Muy ilustre Señor: Estoy resuelto a complacer al Señor Heinemann publicando, además de la literatura española, las clásica griega, inglesa moderna, italiana, japonesa, escandinava, yanky, alemana, latina y tal vez alguna otra. Las traducciones correrán a cargo de Bonilla, Soms (profesor de Griego en la Universidad de Madrid) Unamuno (profesor de Griego en la Universidad de Salamanca) y Caso (profesor de sistema de la filosofía en la Universidad de Madrid). La edición será bonita, tipográficamente hablando.

Ya sé que esto será un mal negocio, pero me daré por muy contento si logro propagar la cultura entre los individuos de mi raza.

No hay dificultad en que el Señor Heinemann se dirija a los demás editores españoles para la publicación de sus manuales: bien seguro estoy de que nadie los ha de publicar, y si alguno hubiera, yo le cedería con gusto ese derecho. Puede V. comunicarle todo esto para satisfacción suya y de los autores, quienes han de quedar contentos de la edición española.

Los señores que han de ayudarme en esta tarea, que a costa de mi bolsillo y en beneficio de mi país me impongo, son muy activos, y, contando con la autorización necesaria, ha de sorprender a Vs. la rapidez con que se lleva a cabo.

Sería conveniente publicar al frente de cada libro una breve biografía de su autor que ellos, o Heinemann, o V., quizá me proporcionen y yo he de agradecer infinito.

Sea V. colaborador conmigo, ya que tanta simpatía profesa V. a España, en esta obra de contribuir a nuestra cultura que es lo que más falta hace en este desventurado país.

Disponga V. como guste de su muy afmo. amigo
S. S. q. b. s. m.

José Lázaro
Madrid, 9 Nov. 1898.

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Lázaro era emprendedor, resuelto y, además, el editor más espléndido de la época. Por algún testimonio suyo sabemos que al final de su vida recordaba con orgullo su munificencia y, sobre todo, su labor editorial, que mantuvo con ejemplar perseverancia desde los veintiséis a los cincuenta y dos años, un proyecto intelectual de modernización y regeneración de España.

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