22 de septiembre a 19 de octubre de 2020.
Museo Lázaro Galdiano. Sala 1. Serrano 122. Madrid.
Martes a sábado de 9,30 a 15 h. Lunes cerrado.
Por Juan Antonio Yeves Andrés
Benito Pérez Galdós dedicó el último de los Episodios Nacionales a la Restauración, si bien optó por titularlo simplemente Cánovas, es decir, el nombre de quien tuvo el papel protagonista de aquella etapa de la Historia de España. Este Episodio le permitió a Galdós trazar su semblanza del hombre de estado, pero ahora nos interesa destacar que en él empleó un capítulo, el número 21, a su faceta de bibliófilo, alejado de la tribuna pública y rodeado de sus libros, en la intimidad y en el recreo de su biblioteca. El resultado es un retrato fiel del aficionado a los libros, quizás el perfil más cabal de los publicados tanto en vida de Cánovas como en los años siguientes a su fallecimiento.
Galdós utilizó un artificio para que el protagonista novelesco, Tito Liviano, pudiera acercarse a Cánovas y entrar en su biblioteca: se presentó con unos «libros viejos», tal vez el regalo más deseado por el político, sin duda, uno de los bibliófilos más notables de su generación. Con este ardid quiso destacar una práctica habitual, entonces y en cualquier otro tiempo, los regalos a bibliófilos y, además, con unas pinceladas certeras dejó un testimonio fiel de aquella biblioteca legendaria, con joyas bibliográficas y con libros de estudio y trabajo, de los cuales aproximadamente mil seiscientos se hallan en la Biblioteca Lázaro Galdiano identificados por el exlibris, la signatura, sus anotaciones o las dedicatorias.
La biblioteca que «visitó» Tito Liviano se hallaba en el número 2 de la calle de Fuencarral, en un piso propiedad del marqués de Vallejo, donde vivía Cánovas antes trasladarse a su última residencia madrileña, una mansión rodeada de jardines, situada entre la calle de Serrano y el Paseo de la Castellana: «La Huerta». Su viuda, Joaquina Osma y Zavala, falleció en esta residencia el 16 de agosto de 1901 y, después, se vendió a la marquesa de Argüelles la propiedad, que finalmente fue derribada en 1950 para construir en su emplazamiento la Embajada de los Estados Unidos en Madrid.
Biblioteca de Cánovas en «La Huerta».
En esta pequeña exposición, aunque también se podría haber tratado de otra costumbre de Cánovas, la de poner notas en sus libros, que dejamos para otro momento, vamos a destacar los dos aspectos que sobresalen en este capítulo del Cánovas de Galdós: los libros que recibió como regalo, con ejemplos puntuales, y la importancia de su biblioteca, exponiendo algunos que pudo ver Tito Liviano en aquella visita y a quien Mariclío, la musa protectora, transmitió un pensamiento o más bien la reflexión final de Galdós sobre la biblioteca: aquello no era más que «un bello delirio de coleccionista, ávido de gozar tesoros raros no poseídos por otro alguno, monomanía que satisface los amores de la erudición platónica, con poca o ninguna eficacia en el arte de aplicar las sabidurías trasnochadas al vivir contemporáneo».
El colofón de la exposición es el artículo que utilizó Galdós como fuente para la redacción de este capítulo, titulado «Cánovas del Castillo juzgado por sus libros», escrito por Juan Pérez de Guzmán y publicado en octubre de 1907 en La España Moderna, la revista que dirigía José Lázaro Galdiano.
Obras expuestas:
1. Fuero Real de España, glosado por el egregio doctor Alonso Díaz de Montalbo. [S.l.: s.n.], 1544. Biblioteca Lázaro Galdiano IB 4178.
El volumen lleva una nota manuscrita y una dedicatoria: «Este libro es del Dr. Don Cayetano Oñate Marichalar» y «Adquirido por donación de mi hermano lo transfiero al Ilmo. Señor Don Antonio Cánovas del Castillo como insignificante muestra de mi afecto. Madrid 9 de abril de 1863. Amalio Marichalar, Marqués de Montera [rúbrica]». Este fue uno de los regalos de bibliófilo más tempranos de los que hay constancia, pues Cánovas solo tenía 35 años y entonces aún vivía su primera esposa, María de la Concepción Espinosa de los Monteros. El donante, Amalio Marichalar, fue autor de la Historia de la Legislación en España en colaboración con don Cayetano Manrique.
Fuero Real de España. Biblioteca Lázaro Galdiano IB 4178.
2. Quevedo, Francisco de: Historia de la vida del Buscón llamado don Pablos, egemplo de vagamundos y espejo de tacaños. Manuscrito. Siglo XVII. Biblioteca Lázaro Galdiano, IB 15513.
Este manuscrito perteneció a Juan José Bueno y después a José María Asensio, quien se lo regaló a Cánovas. No se conoce la fecha de entrega de El Buscón, pero sabemos que otro volumen manuscrito, el de la obra titulada Don Clarisel de las Flores, fue uno de los últimos regalos recibidos por Cánovas, el 23 de junio de 1897, quince días antes de ser asesinado. Este bibliófilo sevillano hacía entrega del manuscrito «en la seguridad de que en ninguna parte pueda hallar mejor colocación».
Una página de El Buscón de Quevedo y exlibris de Antonio Cánovas del Castillo en el interior de la tapa delantera. Biblioteca Lázaro Galdiano IB 15513.
3. Los meses. Texto de los Sres. Alarcón, Campoamor, Cánovas del Castillo,… [et al.]; ilustración de los Sres. Benllíure…[et.al]. Barcelona: Henrich y Cía., 1889. Biblioteca Lázaro Galdiano, RB 20773.
En la biblioteca de Cánovas había muy pocas obras de Galdós. Al parecer, solo tres de las primeras series de los Episodios Nacionales ―La Corte de Carlos IV, Memorias de un cortesano de 1815 y El 19 de marzo y el 2 de mayo―y esta obra colectiva, Los meses, en la que colaboraron entre otros Cánovas y Pérez Galdós. El editor, Luis Alfonso y Casanovas, se dirigió a los autores con propuestas semejantes, pero con diferencias. A Cánovas le propuso el 5 de marzo de 1887: «Escribir un artículo sobre el mes de abril de unas veinte y cinco cuartillas, desarrollando el tema en la forma y modo que a usted le plazca» y «Aceptar usted por su trabajo la suma de quinientas pesetas». A Pérez Galdós le propuso el 9 de marzo de 1887: «Escribir un artículo sobre el mes de noviembre, en la forma y modo que a usted se le antoje y que tenga de 25 a 30 cuartillas» y «Aceptar por el trabajo cincuenta duros». El ejemplar que se expone es el que llegó a manos de Alarcón, otro de los autores que participaron.
Cabeceras de abril y noviembre diseñadas por Alexandre de Riquer para los textos de Cánovas del Castillo y Pérez Galdós en Los meses. Biblioteca Lázaro Galdiano, RB 20773.
4. Eiximenis, Francesc: Este deuoto libro se llama carro de las donas: trata la vida y muerte del hombre christiano … tiene cinco libros de grandes y sanctas doctrinas. Valladolid: Juan de Villaquiran, 1542. Biblioteca Lázaro Galdiano, IB 5878.
Este es uno de los libros de la biblioteca de Cánovas mencionados por Pérez Galdós en el último de los Episodios Nacionales, citado a partir del artículo de Pérez de Guzmán: «Carro de las donas, por Fray Francisco Ximénez, Obispo (Valladolid 1542)», [Pérez Galdós: Cánovas, 1912, p. 243] «El Carro de las donas, de fray Francisco Ximenez, obispo de Etna (Valladolid, 1542)». [Pérez de Guzmán «Cánovas del Castillo juzgado por sus libros», 1907, p. 80]. Existen ejemplares en bibliotecas españolas y no se ha podido identificar por el momento el que fue de Cánovas.
Carro de las donas, 1542. Biblioteca Lázaro Galdiano, IB 5878.
5. López de Segura, Ruy: Libro de la invencion liberal y arte del juego del Axedrez: muy vtil y prouechosa assi para los que de nueuo quisieren deprender à jugarlo, como para los que lo saben jugar. Alcalá: Andres de Angulo, 1561. Biblioteca Lázaro Galdiano, IB 644
Este es otro de los libros de la biblioteca de Cánovas mencionados por Pérez Galdós, citado a partir del artículo de Pérez de Guzmán: «Vi también la Invención liberal y arte del juego de axedrez, por Ruy López de Segovia, clérigo, vecino de la Villa de Çafra, dado a la imprenta en Alcalá de Henares el año 1561» [Pérez Galdós: Cánovas, 1912, pp. 245-246]. «En el libro de la Invención liberal y arte del juego de axedrez, por Ruy López de Segovia, clérigo, vecino de la villa de Çafra, impreso en Alcalá de Henares en 1561, anotaba Cánovas: “Afición al ajedrez del Principe D. Carlos”, tercera página sin foliación». [Pérez de Guzmán «Cánovas del Castillo juzgado por sus libros», 1907, p. 68]. Galdós tomó la cita y reprodujo la errata, pues los apellidos del autor no son López de Segovia sino López de Segura, aunque en el libro aparece Sigura. Existen varios ejemplares en bibliotecas españolas y no se ha podido identificar por el momento el que fue de Cánovas.
Libro de la invencion liberal y arte del juego del Axedrez, 1561. Biblioteca Lázaro Galdiano, IB 644.
6. Pérez de Guzmán, Juan: «Cánovas del Castillo juzgado por sus libros», La España Moderna, t. 226, Madrid, octubre de 1907, pp. 60-92.
Esta publicación, utilizada por Galdós en volumen dedicado a Cánovas, es una de las más fiables en cuando al bibliófilo y su biblioteca, no solo en cuanto a la cifra estimada de volúmenes ―cita treinta mil― sino también porque conocía a Cánovas, había estado en aquella biblioteca y había examinado con todo detalle los fondos reseñados en la Lista alfabética y por materias de las papeletas que, para la redacción de un Catálogo, se encontraron en la Biblioteca del Excmo. Señor D. Antonio Cánovas del Castillo, que publicaron sus sobrinos y herederos de la biblioteca en 1903.
«Cánovas del Castillo juzgado por sus libros» en La España Moderna.
Véase Yeves Andrés, Juan Antonio: «La biblioteca de Cánovas en los «Episodios Nacionales» de Benito Pérez Galdós», en Archiletras científica: revista de investigación de lengua y letras, n. 3, Madrid, 2020, pp. 49-63